viernes, 27 de febrero de 2015

Bendito cojín

Ya os comenté hace tiempo cómo fue mi experiencia con la lactancia materna (parte I y parte II) y al principio cuesta. Cuesta porque tu bebé no sabe, cuesta porque tú no sabes, cuesta porque si no no sería tan interesante...

Pues bien, yo puedo decir que gracias al cojín de lactancia, todo fue más fácil. Empezando por el principio... hace varios años en un hospital había una chica que, recién dada a luz, estaba sentada en el sofá con un cojín de lactancia. Cojín que abarcaba toda ella, que no parecía demasiado cómodo pero que insistían en que lo usase porque era bueno. Mis ojos quedaron traumados perplejos con tal imagen y nunca salió de mi cabeza. A mí misma me dije que yo no usaría uno de esos, aunque me dijesen que era cómodo... no me fiaría como buena malamadre.

Uno de mis más de cuarenta regalos (este nombre tiene una explicación que algún día contaré) fue uno de esos cojines de lactancia. He leído en muchos sitios que es el mejor del mercado.
Ajá... el mejor del mercad... la verdad que tenía muy buena pinta y no se parecía en nada al de aquella chica. Un cojín que abulta lo suyo y que viene con una fundita muy maja.

Pues bien, llegados a casa después del hospital fue el momento para probar el cojín. Parecía que me había puesto una riñonera tamaño Hulk, tenía que tener cuidado porque iba arrasando allá por donde fuese hasta que llegué al sofá, me senté (con cuidado porque los puntos íntimos aún tiraban un poco) y me dieron a la nena. La coloqué de lado, tan pequeñita... y enseguida se enganchó al pecho (por supuesto con las pezoneras, que aún los pequeños no estaban recuperados) ¡mano de santo!
He de reconocer que en ese momento me vinieron a la cabeza todos los consejos que me dieron sobre lo inútil que era el cojín, que no serviría para nada... Pues a mí sí que me sirvió, y mucho.

Cuando Aitana era muy bebé lo utilizaba en cada toma, ella comía fenomenal y estaba la mar de tranquila, yo también estaba bastante cómoda y, lo que era mejor ¡tenía las manos libres! Parecerá una tontería pero no sabéis lo agradable que es tener manos durante los 45 - 60 minutos que podía llegar a durar la toma al principio. Ya podía leer, coger cosas e incluso escribir.

Cuando la peque fue creciendo lo fui alternando. El motivo era muy sencillo: debía aprender a coger a la niña en una buena postura mientras comía para no parecer una torpe cuando me tocaba darle de comer fuera de casa (una buena postura es básico y fundamental para que no duela y no salgan grietas).

El cojín también me venía de perlas cuando tenía que cortarle las uñas a Aitana (empezó siendo una vez a la semana y ahora es cada tres o cuatro días, un horror) ella comía, por lo que estaba tranquila, yo tenía las manos libres así que... voilá, uñas cortadas sin problema en un santiamén.

Ahora que ya es más mayor (cinco meses) apenas uso el cojín. Ella no está tan cómoda comiendo y se le salen las piernas. Incluso para cortarle las uñas no me es válido (ahora tengo que aprovechar mientras duerme). Pero el que ahora no lo use no quita para que sea 100% recomendable y muy muy útil (puedes vivir sin él, pero si te lo regalen o te preguntan ¿qué quieres? además de pañales - eso es lo primordial - un cojín sería una buenísima opción).

cojín lactancia; cucut

cojín lactancia; cucutEste es el cojín que me regaló mi hermana. No sé cómo serán los otros ni si serán mejores o no, pero a mí este me funcionó. Es de la marca Cucut y lo tienen en varios colores. Tiene unos bolsillos laterales y la funda se quita fácilmente para lavarla. Como punto extra (aunque yo no lo usé demasiado porque me daba un poco de cosilla) es que puedes colgarte el cojín de tal manera que parezca una mochila, sin necesidad de agarrarlo. El tener las manos libres os aseguro que es una grandísima ayuda.

cojín lactancia; cucut; bolsillos
¿Qué os parece? ¿Habéis utilizado cojín de lactancia? ¿Os pareció útil?

miércoles, 25 de febrero de 2015

12 semanas

Cuando estás embarazada tu tiempo no pasa en meses, pasa en semanas. Es una realidad. Cuando la gente te pregunta ¿de cuánto estás? tú contestas toda convencida que todo el mundo sabrá hacer la conversión: de 28 semanas ¿y eso cuántos meses son? Y es aquí el momento en el que surgen las diferencias: unos dicen que siete meses, otros que seis y medio... pero si hay algo que no falla son las 12 semanas (tampoco la 39 y 40, pero para eso aún queda).

Cuando estás de 12 semanas se supone que ha pasado el peligro de aborto, que ya todo sigue su curso y así debería ser aunque nunca hay que bajar la guardia, es el momento en el que muchas parejas deciden gritarlo a los cuatro vientos porque ya son doce semanas, terminas el primer trimestre del embarazo... es por eso que es un momento importante.

Si tu embarazo lo estás llevando por la Seguridad Social, esta será tu primera ecografía. Ecografía en la que te confirmarán embarazo (esto es un poco relativo porque a estas alturas ya te habrás hecho el test, habrás confirmado que tu amiga la pelirroja no ha venido todavía, que tus pechos están duros como piedras e incluso que haces más visitas al baño de lo habitual - esto lo digo por aquello de los vómitos y las náuseas- pero bueno, la Seguridad Social trabaja así, y así seguirá) harán las mediciones oportunas para comprobar que todo va bien y te darán cita para la siguiente ecografía: semana 20 (insisto en que este es el procedimiento por la Seguridad Social. La sanidad privada te hace revisiones casi casi cada mes, cosa que en realidad no es tan necesario - médicamente hablando - pero que hace mucha ilusión porque así "ves a tu bebé más veces")

Volviendo al tema que me voy... ecografía muy importante que a mí no me la hizo mi médico habitual, sino uno "especializado" en estas ecografías (digamos que en las ecografías "importantes"). Bien tempranito por la mañana nos plantamos allí mi señor esposo y yo, más contentos que unas castañuelas y nerviosos por comprobar que todo iba en orden.

El ginecólogo que nos atendió era muy bastante antipático. Una sala pequeña, un ginecólogo y una enfermera que traduce todos los códigos que el ginecólogo va diciendo.

En resumen: todo está fenomenal. El pliegue nucal (otra palabreja para nuestro diccionario) es correcto por lo que en principio no hay indicios de Síndrome de Down. El bebé mide 5.75cm y a simple vista tiene todo en su sitio (dos brazos con dos manos, dos piernas con dos pies, dos orejas, nariz con hueso, boca etc. ) La verdad que es una ecografía la mar de completa e interesante. Hasta este momento no me había planteado el hecho de que, claro, el bebé puede tener brazo pero no mano, o pierna, pero no pie...

Las anteriores veces que habíamos ido al ginecólogo desde que salieron las dos rayitas, el ecógrafo iba un poco de aquella manera y no habíamos podido escuchar el corazón (veíamos que se movía pero no se oía). El ginecólogo nos dijo, en la última visita, que no nos preocupásemos que en la ecografía de las 12 semanas podríamos escucharlo perfectamente. Pues como dos niños con zapatos nuevos que preguntamos al médico si podíamos escuchar el corazón.

No, eso se escucha en la consulta. 
Ya pero es que no hemos podido porque el ecógrafo no funcionaba bien
Cri, cri... cri, cri

Pues nada, sin escucharlo que nos quedamos (a ver, esto no es del todo real porque el médico sí que puso el audio para confirmar que había latido, pero fue tan breve tan breve y sin avisar que se podía pensar que era el ecógrafo que de repente se había asustado)

Y por último, otra de las razones por las que la ecografía de las 12 semanas es guay es porque a partir de entonces las ecografías siempre se harán desde la tripa!! (bbbbbbiiiiiieeeeeeeennnnnn) Primer motivo de alegría: no hace falta ir de punta en blanco, interiormente hablando, al ginecólogo. Si hay algún pelillo peleón se puede quedar sin problema ;-) y segundo motivo de alegría: no digáis que no hace más ilusión que te hagan las ecografías de embarazada a través de la tripa, como en las películas...

Pues por todo esto es importantísima la ecografía de las 12 semanas.

¿Cómo fue vuestra experiencia? ¿Algún detalle importante que se me haya escapado de esta ecografía?

lunes, 23 de febrero de 2015

Objetivo conseguido

No puedo estar más contenta, la verdad es que ¡fue todo mejor de lo que yo pensaba! Como ya os comenté hace unos días, este sábado tocaba el turno de las verduras en la vida de Aitana. Tenía muchas ganas (y a la vez pena) de que probase cosas nuevas y sobretodo de ver su reacción. Resultado: más que positivo.

El sábado por la mañana hice el puré con las cosas tal y como me dijo el pediatra: 150 grs. de judía verde, 500 grs. de patata y 120 grs. de pollo. Todo hervido con agua mineral (esto nadie me lo había dicho pero había leído que los biberones y el agua de los bebés, al principio, debe ser siempre mineral así que, cociné todo con ese agua por si acaso) El pediatra me dijo que esas cantidades me debían durar para tres veces, pero que al principio sería normal que me durasen incluso 4 ó 5 días. Trituré todo, lo dividí en tres botes y listo (dos los congelé y uno para comer ese mismo día).

Tardó en comer un hora (de reloj) y aunque al principio no sabía muy bien qué demonios le estaba dando, le terminó gustando. Ninguna cara de asco, cero negaciones... ¡fue genial! Sólo se tomó medio bote, pero bueno, para ser el primer día no estaba nada mal. Además de las verduras también probó el agua y cuál fue mi sorpresa ¡qué cara de asco puso! no sé si fue porque se esperaba puré y recibió agua o porque no le gustó... ¡pero si no sabe a nada! En lugar de dársela en biberón, que seguramente hubiese sido más fácil, se la dimos en un vaso con cucharita ¿por qué? pues porque he leído (cosa que no siempre es buena) que en muchas ocasiones - aunque no siempre - cuando a los bebés se les da biberón, después suelen rechazar el pecho. En parte tiene su lógica: la ley del mínimo esfuerzo: del biberón cae y del pecho tengo que chupar. No sé si al ser agua y no leche me lo hubiese rechazado, pero por si acaso preferí no probar (no es que me haya negado en rotundo pero si puedo retrasarlo, mejor).

El domingo fue bastante mejor: mismo tiempo, misma cantidad, pero creo que comió más que tiró. Truco para el agua: esta vez sí que le gustó, a cucharaditas con muy poquita cantidad para que no la tirase.

Hace poco encontré por internet un artículo que me pareció la mar de curioso: ¿por qué los bebés tienen tanta baba? y ahora diréis ¿a qué viene ahora la baba? pues muy sencillo. Los bebés tienen mucha baba (además de por los dientes) porque no saben tragar, es decir, ellos tragan cuando succionan pero no saben, quizá más bien no tienen el hábito, de tragar porque sí, por eso su baba se cae... pues algo parecido le pasó a Aitana con la comida y con el agua... como no sabe tragar digamos que todo lo que entra, sale.  Pero poco a poco, aún es pequeñita.

Respecto al pecho: el resto de tomas las ha hecho sin problema, come lo mismo, lo que pasa es que ya no noto los pechos tan vacíos como antes (el cuerpo aún se tiene que acostumbrar). Pese a que se "salta" una toma de pecho, de momento no me he tenido que sacar leche ni nada, eso sí, a las cuatro de la tarde mis pechos están pidiendo clemencia para ser vaciados. Imagino que cuando llegue el turno de la fruta, en dos o tres semanas, sí que tendré que hacer algo... no creo que mis pechos estén preparados para "saltarse" dos tomas seguidas y luego seguir tan campantes.

¿Algún truco? ¿Qué os funcionó a vosotras?

¡Se me olvidaba! El viernes estuvimos en el evento que organizó Smileat para mamás y papás. Presentaron sus tarritos y nos estuvieron contando cómo nació todo. Una gran idea emprendedora que, por el momento, está cumpliendo con creces las expectativas de sus creadores ¡Enhorabuena! Como ya os dije conocí estos tarritos hace un tiempo y se han convertido en la primera alternativa (siempre y cuando no pueda ser casero) de comida para Aitana, pero en la merienda aprendí varias cosas interesantes sobre ellos (algunas son más en ámbito general)

- Debemos intentar buscar las frutas más maduras para evitar añadir azúcar.
- Smileat siempre utiliza productos de temporada. Producen tres veces al año.
- Utilizan la acerola para aportar vitamina C a los tarritos.
- Smileat no usa productos con gluten ni con huevo, ni con leche, ni procesa en fábricas que lo usen
- Los botes se pueden volver a cerrar herméticamente ¡Los únicos que pueden hacerlo!
- Cuando ves este producto es como si lo haces tú (creo que esto es muy importante)


tarrito de fruta; alimentación infantil
Y para terminar... ¡probamos los tarritos y nos dieron un regalo! (y lo que nos gusta a todos que nos regalen cosas... dicho en modo maruja) Mi favorito, sin duda... Manzana y naranja.


regalo evento


¡Bien por ellos y enhorabuena por el trabajo!

viernes, 20 de febrero de 2015

Cómo dar el pecho sin morir en el intento. Toma II

Si la semana pasada os contaba cómo fue la primera toma de contacto con la lactancia materna, hoy os cuento cómo fue tras llegar a casa (o lo que podríamos llamar la llegada del infierno a mis pechos).

La última noche en el hospital, como ya os dije, fue horrible (hablando en términos de lactancia) la niña pedía comer cada hora y mis pobres pezones se negaban en rotundo a seguir alimentando (hablando siempre de forma figurada, el pezón se negaba pero yo les obligué, así pasó, que después se rebelaron ante mí).
A partir de ahora y por lo menos hasta que fuese al pediatra por primera vez (al cabo de una semana más o menos) la lactancia tendría que ser totalmente a demanda, que como su nombre indica, quiere decir cuando la niña quiera, sin importar el dónde, el cómo o el cuándo. La niña llora, pues pecho al canto.

El día que llegamos a casa la niña parecía otra... sólo dormía, apenas se despertaba para comer... ¡parecía drogada! la verdad que al principio no le di mucha importancia pero al llegar la tarde empecé a preocuparme. No importaba el ruido, la gente, si la despertabas o no, los zarandeos (con cuidadito) ella... ni se inmutaba. Hablé con una amiga enfermera y me dijo que no la dejase, que la despertase como fuese, que había veces que los bebés están tan débiles que no tienen fuerza ni para despertarse (Aitana nació con 2,660 kg y salió del hospital con 2,360 kg) su consejo: mójale la cara con agua (en ese momento mi corazón de madre se encogió ¡ay pobre mía, cómo voy a hacerle eso!) pues no me quedó más remedio... la verdad es que surtió poco efecto pero algo se despertó, fue entonces cuando aproveché para darle de comer.
Mientras ha sido muy bebé (porque sigue siendo bebé) lo más cómodo para mí y para ella, a la hora de comer ha sido el cojín de lactancia (ya os daré la recomendación de cuál es) así que ahí estaba yo, sentada en el sofá, con el cojín de lactancia, las pezoneras, la pequeña y la gente (si algo no he hecho, e incluso yo misma me he sorprendido ha sido esconderme a la hora de dar el pecho. No es que vaya con la teta fuera todo el día, pero tampoco me voy escondiendo como si estuviese haciendo algo malo).

Pasada la etapa zombie de la nena, llegó la etapa de asentamiento. Me conocía, la conocía, y ya todo era más fácil, EXCEPTO para los pezones. Cierto que las pezoneras intentaban hacer su trabajo pero no siempre las quería, por lo que me sentía en la obligación de darle el pecho sin protección, y dolía mucho. Empezaron a salir grietas, y con ellas... heridas (mejor no miréis en google qué tipo de heridas pueden salir en el pecho por la lactancia ya que os asustaréis demasiado) yo las definiré como: heridas pequeñas que molestan más de la cuenta y que te hacen ver el firmamento entero en las primeras succiones. El bebé, cuando mama, tiene como dos partes: parte inicial, cuando se produce la primera y dolorosa succión, y parte final, una vez colocado el pezón correctamente en la boca, come sin problema. El dolor solo duraría unos segundos si los bebés no soltasen nunca el pezón, pero es que esto no es así. El bebé come, para, come, para... así hasta que se llena.

Hubo un momento en el que me sentí muy malamadre pero fue un impulso de mi subconsciente por intentar preservar la integridad de mis pezones: una vez, mientras ella comía tuve que quitarla de golpe (cosa que tampoco se debe hacer nunca porque como tenga el pezón bien agarrado... puede irse con él, por suerte Aitana no estaba apretando) porque el dolor era INSOPORTABLE, lo sentía mucho pero no podía darle de comer. Gracias a Dios las heridas no salieron en los dos pechos, sólo en uno, así que hasta que se curase tendría que darle de comer más del pecho sano que del otro.
Crema purelan y pechos al aire el máximo tiempo posible (teniendo en cuenta el volumen de visitas en mi casa durante las primeras semanas, mi tiempo para airearlas era poco) pero llegó un día en el que mis pechos se curaron y volvieron a ser los que eran pudieron seguir alimentando a mi pequeña.

A día de hoy no tengo ningún problema con el pecho, excepto cuando Aitana hace de las suyas y me pega algún que otro mordisco con sus encías de abuelilla, o cuando no quiere abrir la boca lo suficiente y por lo tanto sólo coge el pezón, sin areola ni nada, pero esto son minucias comparado con lo que pasé.

A todas las mujeres que vayan a ser madres, os recomiendo que deis el pecho, por lo menos que lo probéis, porque es una sensación increíble y, aunque al principio duela, merece la pena (vamos a ver, tampoco seáis masocas de la vida y continuéis con la lactancia si para vosotras es el peor momento del día y tenéis los pezones en carne viva... que es bonito pero no la única solución para alimentar a vuestro hijo)

Consejos de madre primeriza:
  • Dejaos enseñar por profesionales. Seguro que en el hospital las enfermeras o matronas os dicen cómo tenéis que colocar al bebé y qué tenéis que hacer para que estéis cómodas.
  • Los primeros días poner al bebé en el pecho el máximo tiempo posible, esto hará que os suba antes la leche. Nada más nacer los bebés toman calostro -otra de las palabrejas que añadir al diccionario- y al cabo de unos días os subirá la leche ¿cómo notarlo? pues porque se os pondrán los pechos como recién operados, yo tenía dos pelotas, muy duras y calientes. No os preocupéis que no estaréis así toda la vida - afortunadamente- sólo será hasta que el pecho se habitúe y aprenda la cantidad de leche que tiene que fabricar (que será la que tu bebé demande a cada momento).
  • Piensa que tu bebé te necesita a ti, no sólo al pecho. Dale cariño y háblale mientras come. Os aseguro que las miradas que os echan son inolvidables.

Mi marido siempre ha dicho que si algo le da envidia de mí, es que yo le puedo dar el pecho a la niña, para él es el mejor momento ¡y cuánta razón tiene!

miércoles, 18 de febrero de 2015

Llegaron las dos rayitas ¿y ahora qué?

Esas tan ansiadas dos rayitas llegaron por fin pero ¿y ahora qué hago? pues una vez que se te haya pasado esa locura transitoria y tu mundo se haya convertido por unos instantes en algo parecido al país de las piruletas y las nubes de algodón debes saber cuál es el siguiente paso: ir a tu ginecólogo para que confirme el embarazo.
Cierto que los tests de embarazo son muy fiables, sobretodo si ha salido positivo, pero debe ser un ginecólogo quien confirme que es cierto el embarazo, quien compruebe que todo está bien incluso que asegure que hay latido y que no es un embarazo huero (un día haré un post con todas esas palabras que una aprende durante el embarazo, pero para que lo entendáis, un embarazo huero es un embarazo donde no hay embrión y por lo tanto se produce un aborto natural).

Pues eso, que una vez llegaron las dos rayitas a mi vida (un sábado), después de haber dado saltos de alegría y de querer ir corriendo a ver al ginecólogo para que me confirmase que todo iba bien, llegó el lunes y a las 10:00 de la mañana estaba llamando a la consulta para pedir hora. Aunque recomiendan que no se haga, y que debes esperar a la primera falta, he de confesar que yo me hice el test unos días antes de que me tuviese que venir mi amiga, tenía síntomas que para mí eran clarísisimos (sabéis que los primero síntomas de embarazo son muy parecidos a cuando te va a venir la regla por lo que mi claridad en ese aspecto podía derrumbarse por completo) y no podía esperar más. Yo había leído en internet (lo típico que cuando no puedes más de la ilusión pues buscas todo lo habido y por haber) que a partir de las cinco semanas de gestación ya se podía ver algo con una ecografía, así que como estaba de cinco semanas, allá que fui al ginecólogo.

Vengo a confirmar embarazo ya que el test me ha salido positivo
¿Fecha de la última regla?
10 de diciembre
Pero si aún es muy pronto! No se va a ver nada... hay que esperar. Lo que vamos a hacer es ir mandándote los análisis pertinentes y vuelves la semana que viene.

Qué desilusión madre mía... mi país de piruletas y nubes de algodón se vino abajo ¿qué es muy pronto? Pero si yo he leído en internet que a partir de la quinta semana ya se ve algo! (obviamente esto no se lo dije pero lo pensé). Cuando salimos de la consulta del médico mi señor esposo me dijo: ves, te dije que era demasiado pronto...

Pues nada, me hice la analítica y a la semana volví al ginecólogo (6+2) seis semanas de embarazo y dos días (cuando te quedas embarazada todos los tiempos pasan a contarse en forma de suma semanas+días... es así). Pues bien, ese día me atendió otra doctora y POR FIN se confirmó la noticia (no queríamos decir nada a nadie hasta que no estuviese confirmado por el médico).
ecografía; seis semanas; embriónPues sí, se ve el bichillo, hay una bolsa y hay latido. Ains... 4,4 milímetros de amor. Cuando te dan la ecografía necesitas un lápiz para señalar qué es exactamente el bebé, porque siendo tan pequeño tu dedo, por muy fino que sea, lo tapa entero, así que con la uña del dedo meñíque había que señalar al bichillo (para que veáis que no miento... el círculo rojo era el bichillo... ¡qué dedo no lo tapa al señalarlo!)

Y después de contar mi visita fallida al ginecólogo con toda la ilusión de una madre primeriza os recomiendo que esperéis por lo menos hasta la sexta semana para ir al ginecólogo a que os confirme el embarazo (esto no me hubiese pasado si hubiese esperado a tener algún día de retraso antes de hacerme el test). En esa primera visita además de confirmar embarazo os mandarán unos análisis (yo me adelanté una semana ¡para algo tenía que valer mi visita!) en esos análisis se verá si habéis pasado o no la famosa toxoplasmosis (otra palabra para el diccionario) para que podáis atiborraros a jamón como si no hubiese mañana (esto es totalmente falso. Yo pasé la toxoplasmosis y podía comer todo el jamón que quisiese y siendo realistas... creo que lo comí un par de veces en todo el embarazo. Lo que sí que es cierto es que hay cosas con las que yo no tenía que tener tanto cuidado, y eso se agradece oye). Además me dijeron que una vez que diese a luz me tendría que volver a vacunar de la rubeola (blanca como la pared me quedé) ¿por qué, si ya me vacuné? básicamente porque no tenía suficientes anticuerpos pero embarazada, era inviable, así que a apuntarlo en la agenda para que no se olvide.

Siguiente cita: a las 9 semanas de embarazo. Nos fuimos a casa con los 4,4 milímetros más guapos del momento.

lunes, 16 de febrero de 2015

Llega el turno de la verdura

Me gusta dar el pecho, creo que es bueno para la niña y para mí. Aunque los comienzos fueron algo complicados (os lo empecé a contar aquí, y eso que aún no terminé) una vez que nos conocimos mutuamente y llegamos a entendernos me di cuenta que dar el pecho es algo muy satisfactorio, gratificante y especial (si algo he aprendido sobre la lactancia es que no debes sentirte mal si no puedes dar el pecho a tu hijo. ¿Seré mala madre? ¿se alimentará peor? NO. Dar el pecho es una elección personal y no por ello querrás menos a tu hijo ni será peor. Que lo recomiendan: Sí, pero no es obligatorio)

A lo que íbamos, que para mí el dar el pecho ha significado mucho en la relación para con mi hija. Una vez leí que la lactancia materna crea unos lazos que podrían ser la prolongación del cordón umbilical, es decir, madre e hijo están unidos por el cordón hasta que nace, una vez lo cortan ese vínculo se rompe para siempre pero nace otro con la lactancia. Es un momento especial, delicado y a mi gusto placentero. El bebé llora, tiene hambre, te necesita, tú alimentas a tu hijo... creo que es muy bonito. En el libro sobre lactancia materna de Carlos González leí algo así como que un bebé no sólo busca comida en el pecho, sino que busca cariño, protección y amor, y qué cierto es oye.

Yo soy defensora de la lactancia materna exclusiva siempre y cuando el bebé no pierda peso o haya algún problema, así que he intentado extenderla al máximo ¿hasta cuándo? Pues hasta los 5 meses exactamente. La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda la lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses de vida del bebé, a partir de ahí y hasta los dos años recomiendan complementarla con otros alimentos. ¿Podría seguir hasta los seis meses? Pues seguramente sí, la niña está creciendo y engordando así que mal no le está haciendo, pero sinceramente sí que creo que ya es momento de empezar con algún otro alimento. Puede que lo que me dijo el pediatra haya influido un poco: la lactancia suele ser hasta los seis meses siempre y cuando vayan ganando peso. La niña va bien, un poco justa pero bien, el problema es que si empezamos a los seis meses con la verdura, no se acostumbrará hasta los siete - ocho, y eso ya es mucho tiempo, por eso es mejor empezar a los cinco meses para que a los seis - siete ya esté acostumbrada. ¿Estará equivocado? No lo sé ¿tendrá razón? tampoco lo sé, pero yo le voy a hacer caso.

Allá por el mes de enero (cuando el pediatra me contó todo esto) me dio las pautas a seguir a partir del 21 de febrero. La receta tiene buena pinta: 150 grs. de judía verde, 500 grs. de patata y 120 grs. de pollo (esto es lo que me ha dicho mi pediatra, hay otros que introducen el pollo más tarde o que incluso empiezan sólo con patata... no sé qué es lo mejor, pero yo como soy una mandada, le hago caso). Según estas cantidades el puré debería durarme unos tres días aunque al principio es normal que llegue a durarme hasta cinco (sólo de pensarlo me entra la risa... eso será porque durante los primeros día no querrá comer nada, pobre mía...) Con la verdura puedo darle agua para que beba (¡bien! otra cosa más para probar) aunque me ha dejado claro que al principio no la querrá.

tarrito verdura; alimentación bebé; ecológicoAsí que llegó el día. Sustituiré la toma de las 12 de la mañana por un maravilloso y delicioso puré de verdura (vamos poco a poco y de momento, hasta dentro de dos o tres semanas, esa será la única toma que no será de pecho). De momento y siempre que podamos se los haremos en casa, creo que lo casero siempre es mejor. Pero para las veces que no podamos hacerlos o tengamos que llevarnos para varios días (o porque me convierta en malamadre y no tenga tiempo o ingredientes para preparar su delicioso puré) se los compraremos hechos y nuestro primer candidato (esperemos que la niña no me salga muy especialita con la comida) será Smileat. Son unos tarritos 100% ecológicos que ya sólo su envase me ha enamorado! Los puedes pedir online y tienen varios puntos de venta (podéis mirar en su web) así que entre lo casero y lo ecológico estará el asunto.

tarrito verdura y merluza; alimentación bebé; ecológicotarrito pollo con arroz; alimentación bebé; ecológicotarrito calabaza y calabacín; alimentación bebé; ecológico



Ya os contaré qué tal fue la experiencia con la verdura. La verdad es que me hacen mucha ilusión estas cosas: su primer puré de verdura, de fruta... en fin, todas estas chorradas que para las madres son pasos agigantados en la vida de sus hijos.

¿Cómo lo llevasteis vosotros? ¿A qué edad os recomendó el pediatra empezar? ¿Algún truquillo para que no acabemos las dos llenas de comida?

viernes, 13 de febrero de 2015

Cómo dar el pecho sin morir en el intento. Toma I

Una vez que el médico te ha confirmado que estás embarazada, una vez que asumes que vas a ser mamá, que se lo has contado a todo el mundo y ves que los meses pasan muy rápido llega otro punto de inflexión en el embarazo: el tema de la lactancia ¿Vas a dar el pecho? ¿Sabes lo que ello supone? ¿Estás decidida?

Yo no soy médico ni lo pretendo ser, por lo que no voy a entrar a valorar las ventajas y desventajas de la lactancia materna para los bebés (lo que sí os recomiendo es que leáis el libro del pediatra Carlos González Un regalo para toda la vida. Guía de la lactancia materna, creo que merece la pena) lo que sí os voy a contar es cómo ha sido (y está siendo) mi experiencia con la Lactancia Materna Exclusiva hasta los 5 meses de Aitana.

Si algo tuve claro desde el principio es que yo quería dar el pecho (siempre y cuando tuviese leche y la niña engordase, claro está). No os voy a mentir, durante el embarazo no me preparé nada el pecho ¿Ah pero que hay que preparase el pecho? Pues por lo visto sí queridas, he leído que es bueno preparar los pezones para evitar así las grietas, no sé si será cierto o no, el caso es que yo no hice nada más allá de echarme crema hidratante y antiestrías durante todo el embarazo. A día de hoy no tengo ninguna estría nueva -las que venían de serie antes del embarazo siguen ahí, no se han ido - y los pezones han sufrido lo suyo hasta llegar a acostumbrarse (gracias a Dios porque creo que si no me hubiese mutado en un ser insoportable y hubiese abandonado la lactancia materna hacía tiempo).

Pues con los pezones como siempre di a luz. El día que nació la pequeña Aitana me la colocaron en el pecho nada más nacer para que mamase. No sé si será que la emoción me nubló la mente o que ella tenía poca fuerza pero sinceramente no recuerdo ningún dolor, ni molestia cuando estuvo mamando en el paritorio. Me dijeron que tenía leche para alimentar a todo el hospital, así que un problema menos para cumplir con mi objetivo: dar de mamar.

En las pelis es muy bonito: el bebé nace precioso, como recién salido de cualquier sitio menos de donde sale en realidad, la madre está estupenda, en la cama tumbada y con el pecho dispuesto para el bebé. La enfermera / matrona coloca al bebé cerca del pecho y él solito se va acercando hasta que lo agarra, perfectamente, sin ningún problema y come sin cesar. Pues siento deciros amigas que esto no es así (o por lo menos en mi caso) nada es tan bonito como lo pintan y no os voy a mentir: la lactancia al principio, duele, y mucho mucho.

Como os he dicho en el paritporio no sentí ninguna molestia en el pecho y cuando me subieron a la habitación me dijeron que diese el pecho a demanda es decir, siempre que el bebé lo pida, es decir, TODO el rato sin parar. 
Aitana nació larga pero delgadita (2,660 kg) y tenía poca fuerza para chupar por lo que me pediría bastante a menudo comer. Las enfermeras me dijeron muy amablemente que no dejase a la niña más de dos-tres horas sin comer porque era muy pequeña y tenía que coger fuerzas, que si ella no lo pedía la tendría que despertar. Yo como buena madre primeriza tomé nota de todo lo que me dijeron para cumplirlo al pie de la letra. 

Pasan las horas y la niña empieza a llorar. Tiene hambre. Dale el pecho. Y allá que iba yo... Aplicaba la técnica que me enseñó la enfermera en el paritorio: tumbada de lado y colocándole yo el pezón en la boca. Dos-tres tomas más tarde... los dolores empezaron a aparecer. Es normal, dar el pecho tiene que doler un poco. Ya bueno, precisamente por eso, tiene que doler un poco, no como si me los estuviesen arrancando.
crema para el pecho; crema para pezones; medelaMe habían recomendado para las grietas (para el pezón en general, que viene de perlas aunque no tengas grietas) una pomada: Purelan, de la marca Medela. Mano de santo oye (vamos a ver, la crema es buena pero no hace milagros. Si tienes los pezones delicados, por no decir otra cosa, no te los cura en un santiamén, quizá lo haga en un mes...) También me dijeron que podía empezar con unas pezoneras, que seguramente me ayudasen hasta que la niña se acostumbrase al pecho, así que también las compré (también de la marca Medela). Además las pezoneras protegerían el pezón durante los momentos tensos.


pezonera; medelaDar el pecho duele, la pomada ayuda, pero el daño ya estaba hecho. No había vuelta atrás. Los pezones empezaban a enrojecerse y cada vez que quería comer (o lo que es lo mismo, cada dos horas) yo estaba bastante molesta.
Segunda noche en el hospital, mañana me dan el alta y ahora la niña come... ¡cada hora! (por si no lo sabíais los tiempos de cada toma son siempre desde que empieza, no desde que acaba. Para que os hagáis una idea... si empieza a comer a las 10:00 y termina a las 10:30-10:40... a las 11:00 volvía a pedir teta, o lo que quedase de ella... pobre mía... )

Las grietas aún no habían hecho su aparición. Tan sólo eran rojeces y un poquito de heridita (minucias comparado con lo que vendría después) pero he de confesar algo... la última noche en el hospital estuvo a punto de costarme la lactancia... (la lactancia, los pechos, el matrimonio... todo lo que en ese momento tuviese por delante). La niña quería comer sin parar, yo no podía más del dolor, y del cansancio y de todo... ¡sólo quería morírme! pero no abandoné, fui fuerte como una jabata y ahí seguí, con los pezones que ni rozarme podía, pero con la lactancia hasta el final.

Llegamos a casa y con ello... las grietas, pero esto lo dejo para otro episodio, que este me ha quedado demasiado largo...

¿Qué tal vosotras con el pecho? ¿lo teníais claro antes de empezar? ¿grietas? 




miércoles, 11 de febrero de 2015

¿Cuándo decido ser madre?

Esta es una pregunta de muy difícil respuesta. ¿Cuándo decido ser madre? No hay una edad o un momento (bueno, esto un poco) determinado en el que haya que decidir si ser o no madre ¡imaginaos qué locura sería!

Hoy, 27 de septiembre tengo que decidir antes de las 23:59 si ser o no ser madre, y una vez que decida, jamás podré cambiar de opinión 

¡Qué horror! No, para esto no hay un día concreto. Generalmente (digo generalmente y no siempre, porque suele haber excepciones) una sabe si quiere o no ser madre en algún momento de su vida. Las mujeres sabemos, será por instinto o la propia naturaleza que nos ha hecho así de sabias, si querremos o no tener hijos algún día y el por qué (ojo esto no quiere decir que siempre se cumpla. Se puede querer y no poder y se puede no querer y tener, que la vida es muy puñetera a veces)

Si no quieres ser madre y estás leyendo esto (en realidad si no quieres ser madre creo que jamás leerías esto, pero bueno) entonces vamos a olvidarnos del tema, cierra el blog y sal a tomar algo por ahí.
Si quieres ser madre (no hace falta que sea en este preciso instante pero sí en algún momento de tu vida) entonces te diré cuándo y cómo lo decidí yo, que siempre lo tuve muy claro.

Como ya os conté en su momento, para mí el ser madre era FUNDAMENTAL en mi vida (sí, en mayúsculas y bien grande). Lo tenía muy claro (al igual que el número de hijos, pero esto lo dejaremos para más adelante) por lo que al principio siempre buscas el momento idóneo para quedarte embarazada. Primero tengo que tener novio, después nos casaremos, nos compraremos una casa, tendremos los dos un trabajo que nos permitirá ahorrar y entonces ¡seremos padres! y un jamón de pata negra, seamos realistas ¿cuándo sucederá todo eso? ¿a los 90 años? Para entonces no tendrás el chichi pa` farolillos, y nunca mejor dicho, así que chicas, hay que ser realistas (sin perder la cabeza, eso sí) los momentos idóneos no existen (o sí, quién sabe) siempre habrá algo o alguien que sin quererlo (o a propósito, que hay mucha gente con mala baba) haga que las cosas se tuerzan un poquillo.
Ojo, no estoy diciendo que hay que liarse la manta a la cabeza con el primero que pilles, sin tener un trabajo, viviendo en casa de tus padres y teniendo quince años (si estás leyendo esto y cumples estos requisitos... OLE por ti, de verdad)

Como decía, hay que ser un poco coherentes en la vida pero sin perder la cabeza. Es importante tener pareja (para tener un hijo es básico el óvulo y el espermatozoide así que, queramos o no, un hombre y una mujer han de unirse, aunque sea en un laboratorio mediante probetas) el que estés o no casado... hoy en día no es importante ¿cuántas parejas hay que no se han casado y tienen hijos? Si el pasar por el altar no es tu idea... inscríbete como pareja de hecho, por ejemplo (de cara a los hijos sí que es importante, ya lo hablaremos algún día). No esperes a comprarte una casa, quizá nunca lo hagas y tampoco esperes a tener tú y tu pareja un trabajo indefinido y a haber ahorrado hasta que vuestro hijo haga la comunión, porque entonces es probable que no llegues a tener hijos... Sé coherente, analiza tu situación y sobretodo sé feliz. Si tienes un trabajo, una pareja que te quiere y vuestro nidito de amor es pequeño pero bien avenido, vuestra cuenta del banco no está en números rojos a día 3 y os gustan los niños... entonces quizá ese es vuestro momento.

Pues un poco así, más o menos me pasó a mí. Yo tenía una pareja que me quería (por fortuna la sigo manteniendo), sí es cierto que me había casado, aunque no era lo importante. Teníamos un nidito de amor bastante decente y un trabajo más o menos estable (creo que los contratos indefinidos nunca han estado tan poco valorados. Si la empresa quiere echarte, lo hará tengas el contrato que tengas) fue entonces cuando decidimos (no un día concreto, sino en un momento concreto) ponernos a ello, era hora de ampliar la familia. Insisto en que no nos sentamos a hablar sobre ello, simplemente sucedió. Sabíamos cuál debía ser nuestra situación (más o menos) para ponernos a ello, esa situación, o algo parecido a ella, fue llegando poco a poco y nos dejamos llevar. A los dos nos encantan los niños, los dos queríamos ser padres jóvenes así que el bebé sería muy muy deseado.

En otro momento os contaré cómo fue nuestra aventura hasta conseguir las ansiadas dos rayitas. De verdad os digo que los momentos perfectos no existen, los momentos perfectos son los que cada uno cree en la vida.

Y vosotros ¿cuándo decidisteis ser padres? ¿Encontrasteis un momento perfecto?

Besos para todos

Sara

lunes, 9 de febrero de 2015

El primer día de mi nueva vida

Puede que para muchos este sea un blog más de todos los que hay que hablan sobre bebés / maternidad / experiencias... puede que incluso lo lean sólo dos o tres personas, o nadie, quién sabe... pero para mí es mucho más que eso. Para mí es un sitio donde poder plasmar cómo es mi nueva vida, donde poder contar todo lo que me ha pasado y me está pasando y que quizá, pueda servir de ayuda (o simplemente de entretenimiento) para alguien. Para mi es dar a conocer mi nuevo yo.

Bueno, y una vez hecha la presentación pasemos a hablar de lo que realmente importa. ¿Quién soy? ¿Qué hago aquí? ¿Por qué escribo sobre esto? Pues señores... porque soy mamá. Porque hace 4 meses y medio que mi vida cambio por completo (en realidad bastante antes, cuando aparecieron aquellas dos rayitas en mi vida -episodio que ya contaré-) y porque tras mucho pensar, hacer números, hablar, dormir poco y debatir sobre mi vuelta al trabajo... hoy me han concedido la excedencia que he pedido. No será demasiado tiempo, hasta que la pequeña cumpla un año, pero créanme cuando digo que el tiempo pasa tan tan rápido, que para mí era más que necesario. Como me dijo mi marido esta mañana: ten cuidado y a cumplir un sueño.

Pero empecemos por el principio. Me llamo Sara, tengo 28 años y soy mamá de una niña, se llama Aitana y hoy en día es, el amor de mi vida. Jamás pensé que algo tan pequeño podía hacer algo tan grande. Me encantan los niños, desde siempre, y si algo tenía claro en mi vida es que quería casarme y tener hijos (sobretodo lo segundo, tener hijos era fundamental para mí). Llamadme loca, exagerada o lo que queráis, pero sí, era FUNDAMENTAL en mi vida y gracias a Dios, lo conseguí.

Mi vida ha cambiado desde entonces y, aunque ya estoy hecha a la pequeña, mi vida se volvió un poco caos tras la llegada del hospital... todo patas arriba, me olvidé de la puntualidad, mi casa parecía un bar, siempre llena de gente, me olvidé de las horas de comida (cada uno comía cuando podía y si no... ¡mala suerte!)

Y es que un hijo te cambia la vida, para bien o para mal, nunca volverás a ser el que eras.

¡Bienvenidos a mi nuevo mundo!