miércoles, 24 de junio de 2015

Acceso con carrito

Antes de que naciese la heredera la verdad es que no me lo había planteado, pero una vez me planté sola, con el carrito, por la calle... es cuando te empiezas a dar cuenta de las cosas.

Situación 1: Voy paseando por el centro de Madrid, la niña llora, tiene hambre, busca corriendo una cafetería para poder darle el pecho. Descartas las que ves que el carro no entra ni por la puerta, o las que a simple vista vas a tener que sortear varias mesas y sillas para poder sentarte. Llegas a una franquicia, muy conocida, de meriendas, está casi todo vacío así que eliges el sitio donde menos moleste el carrito (o al menos eso hago yo). La heredera termina de comer y tiene pastelito. ¿Perdona, en el baño entraré con el carrito? No, el carrito seguro que no entra, puedes entrar solo tú. Ajá ¿y qué hago entonces? ¿lo pliego y me lo meto en el bolsillo? Pues nada, ante estas situaciones una se hace experta en cambiar pañales encima de las rodillas.

Situación 2: (esta no me pasó a mi directamente pero sí a alguien conocido) Estás en una terraza, tranquilamente tomándote algo, sola con tu bebé y el carrito. De pronto la vejiga te da una aviso y tienes poco tiempo para reaccionar. Necesitas ir al baño urgentemente, pero el carrito no cabe ¿Qué haces? ¿dejas al bebé solo? Pues nada, llamas a tu hermano que por suerte está cerca para que venga y se quede con el niño mientras vas al baño.

Situación 3: Voy a una tienda de ropa y, aunque no soy de probarme las cosas en la tienda (siempre me ha dado una pereza horrible y prefiero probármelo en casa tranquilamente) en esta ocasión sí que tenía que probármelo allí mismo porque estaba en el quinto pino de casa. Voy sola con la pequeña heredera en el carrito y pregunto si hay probadores amplios, donde pueda caber con el carro (obviamente no voy a dejarlo fuera). Sólo tienen uno grande, por lo que tengo que esperar... Más de 20 minutos a que saliese una señora que se estaba probando media tienda. Por favor, pongan tres o cuatro o cinco probadores amplios, que tampoco cuesta tanto.

Puede parecer una tontería, pero cuando vas sola, no lo es. ¿Acaso nadie piensa en los carritos? Y ya no en los carritos, que al fin y al cabo, a una malísima, puedes llevar al niño en brazos pero... ¿y las sillas de ruedas? (si no cabe un carrito, tampoco lo hará una silla) ¿Por qué hay tan mala accesibilidad para estas cosas?

No hablo sólo de pequeños bares y restaurantes que, si el espacio no lo permite, no puede hacer mucho más (aunque deberían tener una solución ya que no veo justo que las personas en silla de ruedas no puedan acceder a estos sitios) sino de grande franquicias que tampoco tienen facilidades para ello.

¿Sabéis lo que han conseguido conmigo? que si voy sola sólo vaya a determinados sitios en los que me garantizo que hay baños grandes (además de con cambiador) y que el carrito cabe perfectamente. Es una verdadera pena que pasen estas cosas hoy en día, que llegues a una tienda y que no puedas acceder a la planta de arriba porque hay cuatro escalones que se te hacen un mundo. Es una pena que varias tiendas y bares tengan dos o tres escalones a la entrada que te dificulten un poco el acceso (esto no lo digo ya tanto por el carrito, sino por las sillas de ruedas) y lo que es más lamentable aún (que me pasó una vez y casi me muero de la vergüenza) es que una señora te eche la bronca en el autobús porque vas con un carrito de bebé y ella se ha tenido que mover para que te puedas colocar en el espacio reservado para sillas y carritos. Todo el autobús se le echó encima y le invitó a bajarse del autobús si tanto le molestaba el carrito (en ese momento sólo quería morirme), no tiene ninguna razón y era una cascarrabias pero, el mal rato te lo hace pasar.

Pongamos todos un poquito de nuestra parte para facilitar este tipo de cosas.

¿Tenéis alguna experiencia negativa con este tipo de cosas? ¿La mala accesibilidad os ha impedido hacer algo?

2 comentarios:

  1. Pues imagínate una persona que vaya en silla de ruedas.... Nos toca buscar bares donde ir que la silla pueda pasar o no molestar, porque no es una silla manejable como para subir ni un peldañito a pulso... Una vez nos tocó llamar a los capirotes de una procesión para poder acceder a la Catedral con mi suegra... vamos, que como ves el mundo de la accesibilidad es un mundo...la ultima experiencia fue en el bus. El conductor iba como una bala dando curvas sin tener en cuenta a la mujer, que iba sin el cinturón que hay en la zona de sillas de ruedas y de estas cosas, mil. Asi es que te entiendo perfectamente.

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