Con este calor sofocante, creo que la pequeña heredera no es la única que duerme mal por las noches ¿me equivoco? La verdad que el único día que ha dormido del tirón, llegando incluso a preocuparme, fue antes de ayer, cuando pusimos el aire acondicionado y dormimos la mar de fresquitos (incluso demasiado).
Tenía que encontrar algo que ayudase a la pequeña a combatir este calor infernal y que no acabase con mi economía (desde que descubrió los Magnum - sin el chocolate - no quería otra cosa) así que me decidí por hacer polos caseros y ¡han triunfado! Aún estoy en modo pruebas con sabores y demás, pero creo que esto va viento en popa.
El primero, un petit suisse de toda la vida con un palo de madera. Los palos los compré en Zakka (una tienda estilo Tiger) pero imagino que serán fáciles de encontrar.
Tenía que buscar otros sabores intentando que fuese algo más sano que los petit suisse (seamos sinceros, están buenísimos pero engordan un poquito. Sanos sanos... de vez en cuando) así que se me ocurrió coger un tarrito Smileat (ya os hablé de ellos aquí. Al ser 100% ecológicos me garantizaba que eran sanos) y echarlo en unos moldes de polos que compré en Ikea. Cogí el de manzana con naranja (también tenéis el de pera y manzana) y el resultado... pues ya lo veis. Sano, natural y delicioso.
Por último, un sabor muy casero. La merienda de la heredera consiste en manzana, pera, plátano, cuatro galletas maría y un yogur natural. Pues nada, si le gusta triturado... ¿le gustará en helado? Delicioso.
Heladitos artesanos, sanos y que a los peques les encantan :-)
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